El arquero de Vélez cuenta sus secretos para detener y meter penales. “Cuando Rossi agarró la pelota para patear el penal no me miró a la cara como yo pretendía. Cuando se acomodó le grité: lo vas a tirar acá y señalé mi palo izquierdo. Por eso Castrilli me amonestó. Mi intención era desconcentrar a Rossi y lo conseguí”. La explicación de José Luis Chilavert para una jugada que fue fundamental: su eficacia en los penales volvió a decidir la suerte de un partido. De un hipotético 1 a 1 (si el Yaya Rossi hubiese convertido) se pasó, en el siguiente minuto, a un dos a cero real. Y Chilavert volvió a ser el héroe de Liniers. --Cada vez que te van a patear un penal existe una sensación de tranquilidad para la gente de Vélez y de preocupación para los rivales. ¿Notás eso? --Sí. Esa sensación de confianza que baja desde la tribuna la siento en la cancha y me hace agrandar. Además sé que el arquero no tiene nada que perder y sí mucho que ganar. El ejecutante del penal tiene la mayor responsabilidad. Si convierte no pasa nada, es lo lógico; en cambio si el arquero lo ataja se convierte en la figura del partido. --Cuando vos sos el ejecutor, ¿te hablan los arqueros contrarios? --Muchas veces. Una vez, jugando las eliminatorias para el Mundial del '90 empatábamos con Colombia, en Asunción, 1 a 1 y nos dan un penal en el minuto final. Nadie quería tirarlo, y yo me animé. Higuita, el arquero colombiano, me dijo que estaba asustado. Y yo me reí en su cara. Entonces me preguntó de qué me reía. Y yo le contesté: “Por suerte encontré alguien más feo que yo”. Higuita quedó sorprendido, le hice el gol y ganamos 2 a 1. No todo son penales convertidos o atajados para Chilavert. También hay otros temas. Como, por ejemplo: ►Su personalidad: “Vivimos en una sociedad consumista, donde la gente se fija mucho en el que dirán. Yo soy muy frontal, siempre digo lo que pienso, y eso a muchos les molesta. No me importa, estoy tranquilo conmigo mismo y no pienso cambiar. Sé que la gente no tiene término medio: o me ama o me odia. Es normal cuando uno está arriba. Pero así como me insultan en la cancha, en la calle me paran hinchas de otros equipos y me dicen que me quieren tener en su cuadro. Y el cariño que me demuestran los chicos, dentro y fuera de Vélez, es algo que no se puede pagar con todo el dinero del mundo. Además mi forma de ser me dio triunfos y dinero en el fútbol, aunque muchos me tengan envidia o bronca”. ►Su forma de jugar: “No me conformo con ser un arquero común. Soy muy crítico conmigo mismo y me gusta ir superando metas. Soy un arquero que rompe el molde para colaborar con mis compañeros de defensa y del mediocampo. Si salgo jugando o tiro pelotazos largos es para ir avanzando en el terreno y tener más chances de llegar al gol”. ►Su futuro: “Existe una posibilidad de ir a Japón. Cuando vayamos a jugar la Recopa con Independiente el mes que viene puede quedar definido. Yo en Vélez estoy muy cómodo, pero un pase a Japón puede consolidar mi futuro y el de mi familia. Por eso les dije a los directivos que si la oferta es buena para Vélez y para mí, no pueden ser tan egoístas de no dejarme ir”. “Siempre cerca de los palos”. “Siempre busco ponerla cerca de los palos. Como soy arquero, sé que es el lugar más difícil para llegar. Además busco ponerla a media altura y, como tengo los dos perfiles, puedo optar”. Esta es la fórmula que emplea Chilavert para rematar penales. Lleva convertidos 28. Los más recordados son los de la Libertadores ganada por Vélez, en la que ratificó que su remate de zurda es mortífero. Chilavert asegura: “La confianza de los hinchas, del técnico y de mis compañeros es fundamental. Eso me agranda aún más cuando me paro frente a la pelota”. •El primer penal lo pateo jugando para Luqueño ante Olimpia, en una semifinal que ganaron en un desempate por penales. Esa tarde también atajó uno. El penal más comentado de todos los que pateó fue en Zaragoza. Derrotó desde los once metros al arquero de Real Sociedad. Pero mientras sus compañeros lo abrazaban, los rivales marcaron el empate. Chila recuerda: “Mi compañero encargado de cubrir el arco vino a festejar y se olvidó. Los contrarios se dieron cuenta y patearon rápido. Por suerte, después ganamos”. “No avivar a los rivales” José Luis Chilavert afirma que no hay una única receta, que varios son los ingredientes que se suman a la hora de detener un penal. Aunque aclaró que “También hay algún secreto, de esos que no se divulgan para no avivar a los rivales que me patean”. “Lo primero - dice el arquero- que hago es hablar con el jugador, le indico a qué punta tiene que tirar, para ponerlo nervioso. Eso siempre provoca desconcentración en el rival. Después utilizo la lógica, que dice que el derecho lo tira a la derecha y el zurdo a la izquierda, y por último observo su posición: si se para lejos de la pelota seguro me fusila, y si toma poca carrera intentará colocarla. Y por supuesto le sumo un poco de intuición y mucho de suerte”. GUILLERMO TAGLIAFERRI y GUSTAVO BRUZOS
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Diciembre 2017
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