José Luis Chilavert, 23 años. Polémico, seguro, el nuevo arquero de River definió su idea: "Después de Carrizo, Gatti, Fillol, Pumpido..." Un minuto cambia la vida. A veces pasa. Un gesto, una actitud, una decisión que en algunos casos ni siquiera es propia. .. Julio César Chilavert, hoy ingeniero, tenía un desafío barrio contra barrio aquella tarde de domingo. Desafío bravo. Un ratito antes de empezar miró a su hermano menor, y simplemente por no exponerlo le dio la orden: "Vos andá al arco". --Este es un paso que estaba esperando, quiero estar siempre en equipos grandes. --¿Y cómo empezaste? --Bien, bien. . . Me aplaudieron bastante cuando llegué la primera vez al estadio, eso ayuda, la relación empezó bien. --¿Tenés claro que ahí estaban dos grandes arqueros como Pumpido y Goycochea? --Para mí Nery es uno de los mejores del país y Goycochea también es excelente. Pero no me pesa. Yo en la vida me pongo metas y las cumplo. —Y pensando en la historia ni que hablar... --Claro. Carrizo, Gatti, Fillol... Lo entiendo bien. Ahora es mi turno. --En general, los arqueros dicen que la edad ideal es después de los veintiocho, veintinueve años. ¿Vos coincidís? --Sí, coincido. Los jóvenes somos la revolución del fútbol, pero tenemos que aprender los secretos. --¿Y cuál es tu sistema para aprender esos secretos? --Me fijo en los otros, los analizo y voy corrigiendo lo mío. Como jugador y como profesional. De Pumpido me gusta la sobriedad, de Gatti y Fillol la vigencia, eso nos sirve mucho a nosotros, los más nuevos. Y las cosas que no me gustan no las digo, no hablo mal de los colegas. --En un minuto cambia la vida. El pibe tenía entonces doce años, era fuerte y metedor, pateaba bien, jugaba de nueve, como su padre. Pero la orden del hermano mayor había sido terminante, así que camino hacia el arco de ese club, El Peñón, dispuesto a soportar lo que pasara. Después de todo, era apenas un amistoso... --Yo veía el fútbol argentino por televisión, cuando me ofrecieron venir a San Lorenzo no dudé un instante. Es un fútbol competitivo y te sirve de vidriera. --Debutaste contra Boca, ¿no? --Sí, en Mar del Plata, cero a cero. Tapé tres pelotas difíciles. Febrero del '85. --Y en seguida hiciste la primera cosa rara... --¿Lo de Marangoni? --Si. --Mira, el que patea el penal tiene el noventa y cinco por ciento de meterlo, así que me acerqué, le hablé, le toqué la cara como una forma de presionarlo un poco. Llamó la atención porque no me conocían, pero es mi forma de ser. Esa noche se enojó, pero después nos cruzamos muchas veces y está todo bien, nos saludamos, ningún problema. --Y al partido siguiente se lo hiciste a Alonso, elegís figuras... --Ahí tenés, el Beto me dijo seguí así, pibe, en el fútbol hay que ser vivo, la verdad es que no sabía adónde patearte el penal. Ahí tenés, y me lo dijo Alonso, no cualquiera. --Tres años después lo cuenta con absoluta normalidad, ya es Chilavert, “... el famoso Luis Chilavert”, según el canto de la hinchada de San Lorenzo. Pero entonces... ¿Quién era ese mocoso: un loquito, un desubicado...? --Cuando llegué a la Argentina tuve actitudes que no le gustaron al periodismo, sí. Pero bueno, me sirvió, me encasillaron como polémico y a partir de ahí me empezaron a respetar. Me conocieron. Yo era un desconocido, tenía que buscar la forma de ser alguien. Ahora ya soy elogiado como arquero, así que esas cosas ya no me hacen falta. --¿Es decir que era una cosa pensada? ¿Una cosa preparada? --Sí. --Al fin y al cabo, era apenas un amistoso... José Luis Chilavert, 12 años, nacido en Luque, a trece kilómetros de Asunción, se revolcó dos veces ante remates bajos y la nueva experiencia lo conquistó para siempre. Nunca más fue el nueve que quería su padre, el arco lo cautivó, desde el arco estableció su trinchera para enfrentar a la vida. Y no le va yendo mal... --Mi viejo jugaba de nueve y quería que todos fuéramos como él. Y bueno... Mi hermano Rolando es volante del Olimpia, y el más chico, John, ése sí que es delantero. Es el futuro centrodelantero de la Selección Paraguaya. --¿Jugaba profesionalmente tu viejo? --Sí, en la primera de Rubio Ñú. ¿No sabés lo que es Ñú? Campo. Campo rubio, porque crecían unas flores amarillas. --Decime, José Luis, ¿cómo tomaste esa decisión de hacerte polémico? --Solo, como todas. La consulté tres veces conmigo mismo y ya está. --De a ratos parecés frío y de a ratos temperamental. ¿Cuál sos? Porque ahora hay que preguntarte todo. Siempre fui temperamental, pero antes más, jugando al fútbol me peleaba. Con el tiempo me hice más frío, pero igual no soy de agachar la cabeza. --Decís que te peleabas antes... Te hiciste echar contra Racing por tirarle un golpe a Decoud, y hace poco. --Fue un segundo, lo que nadie vio o nadie dijo fue que el pibe, cuando saltó, me pegó un codazo en el hombro que tenía enfermo. Me dolió una barbaridad, le tiré el golpe y me arrepentí en el camino. Pero ya estaba. --¿Cómo te fuiste de San Lorenzo? --Bien con la gran mayoría, es una hinchada pasional, va a ser difícil olvidarla. --¿Y con la barra brava? --Hasta el día del lío en el vestuario ningún problema, al contrario. Después de eso me insultaban, pero unos pocos, eso no empaña a los demás. --¿Volverías a pelearte por un compañero? --Ojalá no haga falta, pero sí. Igual yo no soy rencoroso, me acuerdo de lo que pasó, pero no le tengo bronca a nadie. --¿Qué supones que va a pasar en River, sabes que son muy exigentes? --River de por sí es exigente, por eso me gusta. Tengo que rendir mi examen y después que la gente saque las conclusiones. Fue para el arco, aquella vez, se enredó en un par de revolcones y descubrió el porvenir. O lo intuyó. Había nacido el 27 de julio de 1965, tenía 14 años cuando se probó en Luqueño, que tenía cuatro arqueros. Lo pusieron de primer suplente, los otros se enojaron y se fueron, quedó solo, con el arco para él. Al año siguiente ya jugaba en Primera. Es así, la vida cambia en un minuto. --Este año te critique por dos actitudes: pateaste un tiro libre contra Banfield y quisiste patear un penal contra River. Me pareció una falta de respeto para el técnico y tus compañeros. --Te lo explico. Contra Banfield me acerque a Zacarías para que le pegara al palo del arquero, como en el tiro anterior, que había sido gol. Perazzo me dijo por qué no le pegaba yo, que le doy fuerte, y entonces le di. Y contra River. . . Bueno, me habían hecho un gol por error mío, quería revancha. . . Perazzo me dijo que no, quería patearlo porque no hacía goles desde un tiempito atrás. --¿Nadie se enojó con vos? --Le pedí disculpas al Bambino Veira y aceptó. Cuando pierdo me vuelvo loco, no lo acepto, necesito hacer todo lo posible para ganar, pero eso nunca más. --¿Qué pasa si en River la pelota te llega poco? --Mejor, con un buen equipo el arquero la pasa bien. --¿Ya hablaste con Menotti? --Sí, quiere que sea como un líbero cuando el equipo presiona en la mitad de la cancha. El sábado hicimos fútbol por primera vez y las cosas salieron bien, me gustó la dinámica y la rotación que tuvimos. --¿Y cómo te fue con la línea de cuatro? --Bien. Jugaron Gordillo, Higuaín, Serrizuela y Enrique. Achicaron bien. César me dijo que dentro de su idea me mueva en el arco como lo siento. Me gusta el carisma que tiene, da libertad pero con orden. --¿Es parecido a algún otro técnico que hayas tenido? --Por las ideas ofensivas al Bambino y a Nito Veiga. Tuve otros más cuidadosos como Bora. A él le interesaba primero que no nos metieran goles. Era flaco, de pibe, le trabajaron el físico en Luqueño y en realidad siempre pensó en cuidarse para vivir del fútbol. Su padre, centrodelantero y contador, lo ayudó a muerte, y él puso lo suyo levantándose a las cinco de la mañana para terminar el bachillerato y al mismo tiempo entrenar. Ya era arquero, por decisión propia y por ese rapto del hermano protector: "Vos andá al arco". --EI Campeonato va a ser difícil, peleado. Los rivales nuestros... Los grandes y Newell's. --¿Te das cuenta de la expectativa de la gente? --Lo noto, sí, me gusta. Estoy convencido de que voy a triunfar aunque tenga que cambiar mi estilo, voy a triunfar igual que en San Lorenzo. Ahora River es todo, veo difícil hasta jugar para la Selección Paraguaya si me llaman, la gente está esperando a este equipo y eso es bueno. Siempre me agrando en la difícil. JOSE LUIS BARRIO
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Diciembre 2017
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