Sus actitudes hicieron subir la temperatura del partido. Le cayó cerca una bomba de estruendo, hizo un corte de manga y confrontó con Barros Schelotto y con el masajista de Boca. NO JUGO BIEN PERO ESTUVO EN EL CENTRO DE LA ESCENA por ENRIQUE GASTAÑAGA El actor que ocupa el arco de Vélez protagonizó su propio show. Como se calculaba. Como siempre. Aunque esta vez cometió una omisión gigante: olvidó lo esencial en comportamiento y en juego. Olvidó lo que suele olvidar mientras la pelota no da vueltas. Por eso pasó el domingo intentando "engañar" para sacar ventaja, sin importarle que sus actitudes podían transformarse en trampolín para la violencia. Olvidó lo que en general no olvida cuando la redonda gira. Sí, también "mintió" atajando al no ser lo que en general es: se mostró estático en los envíos aéreos y fue culpable del segundo gol de Boca al regalársela a Basualdo, en el nacimiento de la jugada. No le alcanzó con lo que había dicho en la semana de Palermo y de su ex compañero Basualdo, con quien hasta desconoció los límites éticos insinuando una posible situación íntima del volante sin ninguna necesidad. No le alcanzó. Por eso minutos antes del almuerzo, en el Hindú Club, donde se concentró Vélez, se involucró en otra historia confusa, en una presunta pelea a golpes de puño con tres hinchas de Boca que lo “cargaron”. Algunos de sus compañeros, el presidente Raúl Gámez y empleados del Hindú, todos consultados por Clarín, dicen que no vieron nada. Y en la comisaría de Don Torcuato, no se radicó ninguna denuncia. Alguien hizo trascender que el mismo Chilavert le confió a un amigo que armó la escena para elevar aún más la temperatura del partido. La cuestión es que arribó a la Bombonera envuelto en insultos y en escupitajos, con una bolsa de hielo sobre la mano izquierda vendada, como buscando demostrar que no estaba bien. Mientras aguardaba el arranque del encuentro, desde la medialuna del área más próxima al Riachuelo, ejecutó dos tiros libres al arco vacío... Enseguida, cuando el sorteo marcó que le tocaba atajar en el sector opuesto, cruzó el campo, pero cuando llegaba al área chica, explotó una bomba de estruendo a unos tres metros suyo y se arrodilló tomándose el oído izquierdo. Al ratito, estaba recuperado. NO ESTUVO MUY ACTIVO. La única gran atajada de Chilavert fue un cabezazo de Arruabarrena, desde muy cerca, que tapó con las piernas. Diez veces le patearon al arco: dos tiros terminaron en gol, cinco desviados y tres atajados. Números flacos. El primer cachetazo en serio fue el primer tiro de Boca al arco, el penal que Palermo hizo gol. Al ratito, se empujó con el masajista de Boca, Carlos Cappella (entró sin autorización al campo para atender a Guillermo Barros Schelotto), quien terminó expulsado. Con el Mellizo también hizo de las suyas, golpeándolo con el brazo izquierdo cuando el delantero lo anticipó y la mandó por encima del travesaño; y luego abriendo y cerrando los dedos con la mano derecha hacia arriba, en el típico gesto con el que se acusa de miedoso. ¿El broche de la etapa inicial? La protesta que derivó en amonestación. El corte de manga a la hinchada local fue la primera “gran Chilavert” del período final. Antecedió a otro choque intencional al Mellizo, a la falla en el otro grito de Palermo y a los movimientos de brazos con que simulaba dirigir los cánticos que le destinaba la popular de Boca. Luego de la última vez en que Elizondo le dio viento al silbato, provocó otro tumulto (con el fotógrafo de Olé, Gustavo Ortiz), dejó sólo una frase (“Felicito a la gente de Boca”) y, ya sentado en la parte delantera del micro, haciendo señas con la mano izquierda en perfecto estado, les “contó” a una veintena de hinchas locales que le sobra el dinero. Era el mismo Chilavert que hoy piensa visitar centros de salud y de Educación en Montevideo. ¿El mismo Chilavert? Un juego peligroso OPINION: HORACIO PAGANI Alguien debería explicarle, alguna vez, a José Luis Chilavert que es muy peligroso el juego de las provocaciones. Que las palabras y los gestos intencionados --para desequilibrar emocionalmente a los eventuales rivales-- no pueden tomarse en broma ni forman parte de supuestas reglas no escritas del fútbol. Porque no tienen otro valor que el real: falta de respeto o atentado a la ética más elemental, no sólo de la competencia sino de la misma convivencia. Y entonces el efecto no termina en el “nerviosismo” de los adversarios subestimados o agraviados (la intriga sobre “lo ocurrido con Basualdo en una habitación de Necochea” llegó al punto de bajeza máxima) sino que afecta directamente a la sagrada inocencia de la gente. Porque nadie tiene obligación de entender el “juego”. Según la tradición popular del fútbol, al hincha le duelen más las ofensas que a los protagonistas. Y el hincha, en masa, con la pasión encendida, suele reaccionar con instinto antes que con pensamiento. Por eso las consecuencias son imprevisibles. Chilavert tomó como verdadero un sofisma que dice que el fútbol, el deporte, la sociedad, el mundo, se dividen entre ganadores y perdedores, como si todo fuera una competencia equilibrada, con igualdad de posibilidades, deportivas, sociales, políticas, económicas, en la que siempre triunfan el talento y la dedicación. Y, por lo tanto, el “ganador” tiene razón y puede burlarse del “perdedor”. La cuestión no sería tan grave si quedara estacionada en la actitud del jugador. Pero no se puede ignorar la complicidad de cierta prensa que promociona, por graciosos, atractivos y vendedores los exabruptos y los escuda en la defensa de la “libertad de expresión”. Las consecuencias se ven en la cancha: la gente enardecida redobla la presión sobre los protagonistas. Y algunos de ellos (quizá los tentados por el discurso de que ganar es la vida y perder, la muerte) trastabillan emocionalmente. Y puede ocurrir, entonces, el golpe descalificador de Raúl Cardozo sobre La Paglia, al final del partido. Carlos Bianchi tomó el camino opuesto. Le pidió a su plantel que no respondiera a las provocaciones, que guardara silencio. Y se lo criticó por eso. Se supone que no fijó una obligación. En realidad fue un gesto de buen gusto y una elección simple: que los jugadores jueguen. Si es lo único que le interesa verdaderamente a la gente. A Chilavert le tocó perder ayer. No es por eso ni mejor ni peor arquero que antes. Atajo lo que pudo y padeció los problemas de siempre en las pelotas cruzadas al borde del área chica. Mientras tanto, la vida continúa. ©CLARIN Deportivo
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Chilavert estará hoy en el arco de Vélez. Mientras la Suprema Corte bonaerense no se expida sobre un recurso de nulidad, el arquero podrá seguir jugando. Así, la sanción de 13 meses aún no está firme. Aunque de la vereda de enfrente ya hay una orden de no contestarle, José Luis Chilavert igual mantuvo encendida la polémica previa al partido ante Boca y volvió a la carga contra Basualdo, en una nota cedida a los medios apostados en el polideportivo de Vélez. —¿Qué opinas de la contestación que te hizo Basualdo? --Yo no hice ninguna declaración, ustedes tienen que contar la historia como fue. El hace dos semanas habló muy mal de los jugadores de Vélez, pero a mí me tiene sin cuidado lo que pueda decir, porque hace dos meses no lo conocía nadie. Estaba muerto, venía acá a Vélez y pedía por favor que le dieran un lugar otra vez. Entonces, ahora se da el lujo de querer opinar y cuando estaba acá no decía nada. Era un santito. —Decís que estaba muerto, pero con ustedes ganó todo. --Todo no... —Bueno, pero consiguió muchos títulos. --Algunos, pero en el fondo le doy la razón a Bilardo, porque en la vida no hay que ser desagradecido. —¿La semana pasada Basualdo vino al entrenamiento de Vélez? --Vino para pedir disculpas por las declaraciones que había manifestado. —¿Por qué pensas que habla mal de los jugadores de Vélez? --Por ahí está resentido porque no continuó con nosotros o no se le dio la entrada en otros momentos, cuando se fue al descenso con el Extremadura. Porque están en la punta ahora tienen el derecho de hablar, pero veremos qué pasa después. —¿Basualdo es un fracasado? --Lo dijiste vos. —¿Vos hablás mal de Boca y de River porque te gustaría jugar en esos equipos? --No, tengo un contrato fabuloso en Vélez hasta el 2002. Ningún jugador en la Argentina gana el dinero que gana Chilavert. —Hace unos días tuviste un entredicho con Cagna, que es el capitán de Boca. ¿En el cruce de capitanes del domingo, lo vas a saludar? --Le cedí la cinta a un hombre que se lo merece como es Bassedas, porque además los arqueros estamos expuestos, por la ley del último recurso, a las expulsiones. Igual, yo creo que un muchacho que se inició en Vélez se merece tener la cinta de capitán. —Conociéndote, Bianchi les prohibió a los jugadores no hablar hasta después del partido, porque parece que los hiciste picar. --Lo que sucede es que en las trampas siempre caen los jilgueros, los más tontitos, pero por suerte cayeron. —Entonces, ¿vos tendés trampas? --En el fútbol hay muchas trampas, si no no se puede ganar. —¿Es la última chance que tienen de bajar a Boca? --Es un partido más para mí, ya lo dije varias veces, es lo mismo que jugar contra Ferro. Pero para terminar que les cuente Basualdo qué le pasó en la habitación en Necochea. En Vélez no Dudan: “Un Partido Clave” Los jugadores de Vélez coincidieron ayer al señalar que mañana será fundamental un triunfo ante Boca, para mantener chances de bajarlo de la cima de las posiciones. Fernando Pandolfi remarcó que “Vélez es el único equipo que le gana seguido a Boca” y aseguró que “el equipo de Bianchi no es el mejor, sino el más regular. El domingo vamos a tener la última chance de acercarnos a Boca. La única ventaja que tenemos es que somos el único equipo que le gana seguido y eso va a pesar”, enfatizó el “Rifle”, quien concluyó: “No creo que Boca sea el mejor equipo, aunque sí pienso que es el más regular. Los mejores equipos de la década son River y Vélez porque ganaron cosas importantes”. En tanto, los defensores Víctor Hugo Sotomayor y Sebastián Méndez comentaron que el encuentro en la Bombonera será clave para el futuro del torneo. “Estamos tranquilos y con ganas de jugar ante Boca. Será clave una victoria que nos permita acortar diferencias”, indicó Sotomayor, tras la práctica de fútbol que realizó el plantel. Asimismo, el “Gallego” Méndez manifestó: “Tenemos ganas de hacer un buen partido y traernos los tres puntos de la Bombonera. Para ganar debemos mantener la actitud que tuvimos en las actuaciones anteriores que nos enfrentamos con ellos. Siendo protagonistas tenemos más chances de ganar”. Finalmente, el mediocampista Claudio Husain se refirió al gran choque y afirmo: “Será clave ganarle a Boca. Es fundamental lograr un resultado positivo porque si no ellos se alejarán muchísimo”. Menos Chilavert, en Vélez todos coinciden en que el partido será un duro e importante compromiso. PIDEN QUE “CHILA" JUEGUE LA COPA El presidente de la Liga Paraguaya de Fútbol (LPF), Oscar Harrison, le pidió públicamente ayer en Asunción a José Luis Chilavert que recapacite y juegue la Copa América de 1999 --que se disputará en Paraguay entre el 29 de junio y el 18 de julio próximos— debido a que el arquero de Vélez ya había afirmado que no participaría del torneo porque considera que el gobierno debe afrontar antes otros problemas sociales. Harrison manifestó que Chilavert “está equivocado y tendría que recapacitar”. Se refirió así a la manifiesta oposición del polémico arquero paraguayo para formar parte del “operativo Copa América”, como reacción a la designación del no menos polémico general retirado Lino Oviedo como coordinador general del Comité Organizador Local (COL). Chilavert acusó a Oviedo de “golpista” y de haber intentado comprarlo para que no hable mal de él. El influyente ex jefe del Ejército, padrino político del presidente del Paraguay, Raúl Cubas, respondió que “si Chilavert no quiere ser el arquero de la selección, yo me voy a quedar en el arco”. RODRIGO CONTI
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Diciembre 2017
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