Vélez venció a Español en la definición por penales y ahora jugará con Gimnasia. Esta vez, el arquero Paraguayo atajó y convirtió… Voló descontrolado hacia su palo izquierdo y desvió con sus dos manos el remate de Luongo, el segundo de Español. Más tarde, en el vestuario, confesaría: “Sabía que lo iba a patear a esa punta. Me acuerdo de cuando estaba en San Lorenzo”. Con esa atajada espectacular, Vélez lograba mantener el empate en un tanto en la definición por penales-- convirtieron Ortega Sánchez y Barrella, Catalano le detuvo a Zalazar-- y tenía en los pies del mismo José Luis Chilavert la oportunidad de ponerse en ventaja. Y así fue: zurdazo potente al palo izquierdo del arquero de Español. Gol y ventaja de 2-1. "No es la primera vez que pateo. También convertí en las eliminatorias del Mundial '90. Contra Colombia íbamos 1-1, nadie quería patearlo y, ante 80.000 personas, me animé a pegarle en el minuto noventa y dos." Después se perfiló Carlos Julio Bustos y convirtió con lo justo, pese a la imponente estirada del paraguayo que alcanzó a tocar la pelota. Para el cuarto, Manera eligió a Gareca y no se equivocó. La metió con categoría y al ángulo derecho de Catalano, quien fue hacia el otro lado. El Tigre lo gritó como si tuviera dieciocho años y puso la ventaja parcial: 3-2. Ya, en el aire de Ferro, se respiraba una hazaña del arquero de Vélez tantas veces discutido por sus actitudes provocadoras. Por eso, cuando Raúl Alejandro Peralta se paró tan recto a la pelota, previo diálogo con el Paragua, todos imaginaron el destino de ese penal... “Siempre les hablo antes de patear. Es mi forma de ser. Lo hice a lo largo de toda mi carrera y no voy a cambiar justo ahora. Además, me dio buenos resultados, ¿no? Si Catalano se enojó conmigo por eso, lo comprendo. Es sólo que tenemos estilos diferentes…” Derechazo cruzado y... Chilavert que vuela otra vez y estalla en un rugido enloquecedor contagiando a los hinchas. Sólo faltaba uno más para que Vélez pasara a la final. Le tocó al Turu Flores, no dudó. Tomó una carrera de tres pasos y doblegó a Catalano con un tiro bajo, a la derecha del arquero. Después, la gloria. El abrazo interminable y el camino a la definición con Gimnasia. Atrás quedaban 120 minutos de dominio sobre Español, pese a algunos problemas por la expulsión de Mancuso, creando las mejores oportunidades aunque sin poder concretarlas por la gran actuación de Pedro Catalano. Así es esta historia: durante el partido Catalano resultó un poco más que Chilavert, logrando postergar la definición. Pero los penales, en estos casos, son los dueños de la verdad. Y, en siete minutos, Chilavert fue otra vez loco y atajador, odiado y amado, arquero y jugador, genio y figura. MATIAS ALDAO
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Diciembre 2017
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