El día después de la condena, el paraguayo se movió como pez en el agua en medio de un mundo de periodistas. Dijo que la próxima le va a meter dos goles a Argentina. Un mundo de periodistas invadió el estadio de Vélez, el día después de que José Luis Chilavert fuera condenado a tres meses de prisión en suspenso y trece meses de inhabilitación para jugar al fútbol. Cuando el paraguayo asomo la cabeza del vestuario y pretendió ir a la cancha para entrenarse, no tuvo casi tiempo de respirar. Lo rodearon y las preguntas salieron disparadas como de una ametralladora: "¿Por qué sos siempre el centro de las polémicas?: ¿Es una vendetta por el gol que le hiciste a Argentina?; ¿Te sentís perseguido?" “Ustedes (los periodistas) están acá porque Chilavert vende. Soy el mejor del mundo”. Se sonrió y empezó: “Con cosas como estas me ponen de nuevo en el tapete. Me encanta que hablen, no importa si bien o mal, pero lo que importa es que hablen”. “No me siento perseguido por la Justicia argentina. Lo que da que pensar es que la Ley del Deporte (vigente desde 1985) se ponga en práctica por primera vez con Chilavert. En segundo lugar, que tomen esta determinación después del partido con Argentina. Y si les molestó que les metiera un gol, en el próximo partido les voy a meter dos”, se burló. Y como siempre, dijo no haber pegado una sola trompada en La Plata, el 3 de abril de 1994: “Fui el primero en entrar al vestuario. Ustedes vieron que Dopazo le pegó a Trotta desde atrás y está sobreseído. Yo no entiendo nada”. Lejos de estar bajoneado, el arquero de Vélez entrenó con sus compañeros sin ningún problema, como si nada pasara. Y cuando terminó la práctica volvió a hablar con los periodistas que lo seguían esperando: “Si quieren guerra van a tener guerra. Yo no voy a bajar los brazos. Lo mejor que tengo es que siempre voy al frente. Soy honesto, no me gustan las falsedades”. Y Chila siguió con lo suyo dedicándole un párrafo aparte a los periodistas: “Me preocupa que mientras hay cosas mucho más graves que estas en la Argentina, se preocupen por Chilavert”. Precisamente con la prensa se la agarraron todos los hinchas que fueron a alentar al uno al entrenamiento. Hubo insultos y empujones hasta que la gente de seguridad del club puso un poco de calma. En medio del griterío la voz grave de Chila impuso silencio. Cuando decidió terminar eligió una frase de las suyas, de esas que quedan flotando: “Ustedes están acá porque Chilavert vende. Soy el mejor del mundo”. Y pensó que era el mejor momento para irse. Furia Guaraní En Paraguay no tienen dudas: ésta es la venganza por el gol. ASUNCION (ANSA). Los paraguayos se pusieron totalmente de la cabeza con la noticia de la condena y la inhabilitación de Chilavert. En Asunción, sin vueltas, se la relacionó con el gol de tiro libre que Chila le hizo a la Selección. “Venganza argentina: intentaron liquidar a José Luis Chilavert”, fue el título de tapa del diario “Noticias”. El título elegido por “La Nación” fue “¡Solo contra el mundo!”. Y agregó que al arquero “no le perdonan el gol a Burgos”. También opinó un abogado muy conocido en Paraguay, José Emilio Gorostiaga: “Este fallo habla muy mal del sentido de responsabilidad del juez. Da la impresión de ser una vendetta”. Con mucha más calma tomó la cosa el embajador paraguayo en la Argentina, Gustavo Díaz de Vivar. Aunque dijo que esta sentencia “es extraña”, aseguró que tiene "total confianza en la Justicia argentina; Chilavert será absuelto”. El diplomático no estuvo de acuerdo con Chila en el tema de la xenofobia: “No hay discriminación. Hay cientos de miles de paraguayos que viven aquí sin problemas”. ►LO QUE PASO El partido entre Gimnasia y Vélez se jugó en La Plata, el 3 de abril de 1994. La cosa venía caliente y en el minuto final una infracción soltó las broncas contenidas. Ahí empezaron los empujones y los insultos entre los jugadores. El árbitro, Guillermo Marconi, expulso a uno de cada equipo: Sanguinetti y Pellegrino. Enseguida terminó el partido y explotó el escándalo. La cancha se convirtió en un gran ring donde se mezclaron titulares y suplentes de los dos equipos. Las imágenes fueron rápidas. Chilavert se cruzó con Sanguinetti. Dopazo también se anotó con una piña de atrás a Trotta. Cardozo corrió a un hincha local que lo había agredido. El único que intentaba poner un poco de calma era Carlos Bianchi (ayer dijo desde Roma que los dirigentes de Gimnasia le prometieron que no iba a haber consecuencias por el escándalo). La AFA le dio en la semana 9 fechas de suspensión a Dopazo y 7 a Chilavert. Pero el mismo día del escándalo, el utilero de Gimnasia, Fernando Acosta, presentó una denuncia por agresión contra Chila y Asad. La sentencia de primera instancia salió el jueves: el delantero fue absuelto y el arquero fue castigado con tres meses de prisión en suspenso y trece meses de inhabilitación para jugar al fútbol profesionalmente. ►LO QUE VIENE El abogado de Chilavert, Juan Carlos Dillon, presentará la semana que viene la apelación. Hasta que la Cámara no resuelva, la sentencia no quedará firme y entonces el arquero podrá seguir jugando. La apelación se basará en que “en los videos presentados no se advierte ninguna agresión de Chilavert. La condena se basó solamente en testimonios, que en algunos casos fueron contradictorios”, explicó Dillon. Además, según se supo ayer, el caso será examinado en los próximos días por la FIFA, que siempre ha insistido en que las sanciones disciplinarias a los futbolistas deben imponerlas los tribunales deportivos y no la Justicia. ******************************************************************************* ¡El Mono lo defiende! Navarro Montoya criticó el fallo. ¿Y los viejos rencores? Cuando parecía que no iba a abrir la boca acerca del caso de su archienemigo José Luis Chilavert, el Mono Navarro Montoya sorprendió a más de uno: “Hay una Ley del Deporte que se está haciendo cumplir, en este caso con Chilavert, pero me parece peligroso que la Justicia intervenga ante cualquier denuncia”. Y agregó: “Creo que si a todos nos preguntaran qué pasó aquel día con Chilavert, nadie sabría nada. Creo en la Justicia cuando hay un video o testigos que realmente puedan comprobar la culpabilidad del acusado”. Aunque suene raro, lo del Mono pareció un gesto solidario: “Los problemas que tuve con Chilavert los arreglaré en su momento con él, pero lo que le está pasando ahora, a partir de una denuncia sin fundamentos, puede tocarle a mañana a cualquiera de nosotros”. Sin embargo, Navarro Montoya no estuvo de acuerdo con el paraguayo con respecto a su denuncia de xenofobia: “No creo en eso, porque Chilavert es un hombre reconocido en la Argentina como uno de los mejores arqueros”. Después se encargó de aclarar, entre líneas, sus diferencias con el héroe de Vélez: “No estoy hablando en el caso particular de Chilavert, sino en general”. Claro, el Mono tampoco quería quedar pegado como el abogado defensor del tipo que lo defenestra día y noche. Por más que a Chilavert lo presuma inocente. Qué dice la Ley De la Rúa Le podrían haber dado 15 años. La ley 23.184 -llamada Ley del Deporte-nació como un proyecto del entonces senador y hoy intendente porteño Fernando De la Rúa y fue promulgada hace más de once años, el 21 de junio de 1985. Desde entonces, y hasta anteayer, nunca se había penado a un futbolista por aplicación de esta norma. La ley -en su artículo 10-habla de los castigos adicionales a la prisión (tres meses en el caso de Chilavert) que los jueces impondrán a los condenados. En el caso de hinchas, dice el inciso ‘A’, “inhabilitación de seis meses a cinco años para concurrir al tipo de espectáculos deportivos que hayan motivado la condena. El cumplimiento se asegurará presentándose el condenado en la sede policial de su domicilio en ocasión de espectáculos deportivos”. Es el inciso ‘B’ es el que habla de jugadores profesionales, técnicos, colaboradores y dirigentes. Y la inhabilitación -13 meses-que el juez Domenech le impuso a Chilavert fue casi la más leve: el mínimo previsto por la ley es de un año y el máximo, de 15. ALEJANDRO MARINELLI
|
Digitalizado porArchivos
Diciembre 2017
Categories |