--¿Vos sos mejor arquero que persona? --¿Quién dice eso? --Mucha gente. --No sé en qué se basan para hacer ese juicio, si ni siquiera me conocen. En la Argentina están mal acostumbrados, cualquiera opina sobre cualquier cosa sin saber de lo que está hablando. --Vos haces lo mismo. Hasta dijiste que los argentinos son racistas. --Esas declaraciones fueron arregladas por algunos medios para perjudicarme. Yo lo que dije es que algunos periodistas argentinos son racistas. Tienen envidia de que haya venido un paraguayo y haya triunfado. Y no quieren reconocer que soy el mejor. Si todavía me dicen paragua. --A Francescoli le dicen yorugua y por eso no es menos ídolo. --Somos dos personas muy distintas. Yo no soy sumiso, ¿Sabes? Acá se confunde humildad con sumisión y como soy el único que no tiene careta y va de frente, les molesta. A mí los periodistas no me manejan como al resto. --¿La vas de duro? --¿Duro? No, soy un tipo raro porque no voy a la televisión, no invito a comer a los dueños del negocio, y no transo con la mafia del fútbol, esa que vive de la coima y la falsedad. Entonces me enfrentan. --¿Sos polémico? --Tampoco. Soy calentón, no tengo sangre de pato pero tampoco soy un gallito peleador. Si vivo en medio de polémicas es porque el periodismo quiere. Como Chilavert vende, me vienen a buscar. --Y vos hablas. --Yo hablo porque los otros hablan antes. Nunca empiezo una pelea. Lo que pasa es que hay muchos que hacen cola para desprestigiarme. Y a las personas que se meten con mi bolsillo, no las dejo bien paradas. Les voy a pegar duro donde más les duela. “Dos cosas le agradezco a Dios: que me haya hecho el mejor arquero del mundo y que jamás haya sido suplente”. --Suena a advertencia. --Es una advertencia. --Vos no tenés amigos en el fútbol, ¿no? --Claro que los tengo. --No lo parece. --¿Qué consideran ustedes amigos? Ir a las discotecas para aparecer en las revistas de moda, salir de putas juntos. Los jugadores están confundidos, creen que porque les invitan un trago ya tienen amigos y a los amigos se los cuenta con los dedos de una sola mano. Y te sobran. --Con estas declaraciones, no te vas a hacer amigos en el fútbol. --A mí el fútbol me dio cosas más importantes. Me aseguró el futuro económico. --¿Por qué siempre hablas de plata? --Porque cuando deje de jugar, ni Vélez, ni los periodistas, ni los hinchas me van a dar de comer. Por eso peleo cada peso y ningún dirigente me pasa por encima. Ni siquiera necesito representante, como los jugadores que no tienen personalidad para hacer valer sus derechos por sí solos. --Si lo tuvieras probablemente jugarías en River o Boca... --Puede ser, pero todo lo que conseguí en Vélez tiene mucho más valor que jugar en un equipo supuestamente más grande. --¿Seguís pensando que vas a ser presidente de Paraguay? --Me encantaría ayudar a los pobres de mi país desde ese lugar. --¿En serio crees que tenés cualidades para ser presidente? --Mira, yo soy el héroe nacional de Paraguay hace mucho tiempo. Además, represento lo que todos quieren: el humilde que llegó a lo máximo sin la ayuda de nadie. Estoy convencido de que Paraguay tiene todo para ser la Suiza de América, lo que pasa es que los políticos le roban al pueblo. Pero yo sé cómo gobernar, hay que poner mano dura, que es lo que falta. --Stroessner la puso y así les fue. --Yo la dictadura no la sufrí porque me fui muy joven del país, a los 19 años. --¿No la sufriste? ¿Y tus padres? --En Paraguay se pasó hambre con Stroessner, pero ahora se pasa tanto o más. Yo digo mano dura en democracia. --¿Vos no dudas nunca, no? --No, porque si dudas te pisan. --¿Será por eso que no tenés hijos? Digo, ellos te obligarían a dudar. --Yo puedo tener hijos, pero no quiero. Quizás en dos años. Primero necesito tener una base sólida, para que no les falte nada. --Pero vos tenés la base hecha. --Me falta asegurarme cosas. No quiero tener un hijo de 5 años y que me toque ir a jugar a Japón y romperle todo el ambiente en el que se crio. Es difícil de entender, porque tengo una escala de valores distinta a la del resto de la sociedad. --¿Y estás orgulloso de eso? --Por supuesto. Cuando veo cómo se les falta el respeto a los mayores, como los adolescentes insultan a sus padres, me pongo orgulloso de estar chapado a la antigua. --Quizás el día de mañana eso te pase a vos. --Imposible. Yo sabré educar a mis hijos. --¿No es terrible vivir sin dudar jamás? --En este mundo, los que dudan pierden. Por eso la historia la escriben los que ganan. Y yo soy ganador por naturaleza. GUSTAVO GRABIA
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Diciembre 2017
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