José Luis Chilavert, el arquero goleador. Se levantó temprano. Como siempre. Fue a Radio Mitre, pasó por la Embajada de Paraguay e hizo unos trámites bancarios. Después se dedicó a atender los llamados de todas partes del mundo (Estados Unidos, Alemania, España, Colombia, Paraguay). El teléfono no paró de sonar en el departamento de Almagro. Es consciente de que "ese video recorrerá el mundo y viene muy bien. Porque los japoneses lo habrán visto y el 1o de diciembre tenemos que jugar allí. Es un muy buen gancho para promocionar el partido con el Milán". También recibió el afecto de la gente. "Me dijeron de todo: ‘Qué fenómeno, vení a mi equipo, ahora no podes hacer más nada, ya no atajes, juga de delantero...’ Por ese afecto, cuando ganamos la Copa le dediqué el triunfo a los hinchas argentinos". Y cerró la jornada yendo al cine con Marcela, su mujer. José Luis Chilavert, el día después de haber entrado en la historia. —¿Imaginaste alguna vez que todo el mundo iba a hablar de un gol que hiciste y no de una atajada tuya? --Siempre uno sueña. Es muy mágico lo que está pasando conmigo. Hace poco ganamos la Copa Libertadores y ahora ocurrió esto. Pero hay que destacar la virtud de Bianchi. El confió en mí y yo no lo podía defraudar. Sabía la responsabilidad que tenía. Muchos pueden pensar: ¿cómo hace patear el tiro libre al arquero? ¿Y si había un rebote y nos convertían el gol, qué pasaba...? --¿Qué pasaba? --La culpa la asumía el técnico. Y yo también. Me pasó en Zaragoza, donde después de patear un penal, sacaron y me hicieron el gol. Ese fantasma pasó por mi cabeza. --Esa decisión provocó un malestar en el plantel. --Solamente en Trotta. Quería tirar él y se sintió mal. Pero prefiero tener compañeros así, que se fastidien pero que tengan una actitud ganadora. Además, él no está molesto conmigo. Me lo dijo en el vestuario y después, en "Ritmo de la Noche". --¿Hay una interna entre vos y Trotta para asumir el liderazgo del plantel? --Yo no me siento referente de nada. Por eso, cuando me ofrecieron la capitanía de Vélez no la acepté. Prefiero ser yo mismo. No me interesa la cinta de capitán. Trato sí de ser un ejemplo: llegando primero a las prácticas, entrenando bien. --¿Sos un tipo conflictivo? --No. En trece años y medio de profesión nunca me echaron de ningún equipo. El día que no me cumplan el sueldo o no respeten el contrato entonces sí voy a ser conflictivo. Nunca fui sumiso porque defiendo lo mío. Y a eso se le pone el cartelito de conflictivo. --¿Te consideras el mejor arquero del mundo, como dijo Bianchi? --No sé... Me considero uno de los mejores. Y reconozco que estoy atravesando el mejor momento de mi carrera. --¿Y de Argentina? --Pienso que sí. Soy el mejor arquero de todos los que juegan en Argentina porque aquí tuve regularidad. --¿Quién está detrás tuyo? --Navarro Montoya, Comizzo y Goycochea. Goyco es uno de los mejores y lo digo ahora que las cosas le van mal. Si el equipo o la defensa no responden, por más bueno que seas no podes parar que te fusilen a quemarropa, como le está pasado a él. —¿E Islas? --Es un buen arquero, pero no tiene el nivel de los otros. --¿Está bien que la FIFA habilite a Navarro Montoya para que juegue en la Selección? --Ojalá. Le daría chance a otros para nacionalizarse. --¿Vos lo harías para jugar en la Selección argentina? --Tendría que hablarlo bastante con mi familia. --¿Hasta dónde pueden llegar con Vélez? --Estamos trabajando para ser compactos y parejos. Y utilizamos estos partidos como sparrings para afinar el equipo con vistas al partido con Milán. El grupo está muy fuerte. --¿Vas a pedir aumento después del gol de tiro libre? --(Risas). Esa cláusula se puede poner sin problemas. La envidia viene de Paraguay --¿Por qué acá sos ídolo y en Paraguay te odian? --Muy simple. Allá, cuando una persona está arriba tratan de voltearla. Yo me gané, con sacrificio, el futuro de mi familia fuera de mi país. Y los periodistas y la gente me tienen envidia porque ellos están pasando un mal momento en Paraguay. --Hay una invasión de jugadores paraguayos. ¿A qué se debe? --Porque son buenos y baratos. El fútbol paraguayo está en el peor momento de toda su historia y eso se debe a los directivos que manejan el fútbol. Es raro: el fútbol paraguayo lo manejan los cuadros chicos, no los grandes. Y su mentalidad no los hace pensar más allá de sus respectivos clubes. Cuando uno va y les dice que hay que formar una organización para levantar las cosas lo tildan de polémico y de poseer ideas raras. Por eso soy el malo de la película. Además, el periodismo me tiene apuntado porque siempre dije que son bajos y mediocres. --¿Por eso no vas a jugar más en la selección paraguaya? --Si. Ir a jugar a la selección de cualquier país del mundo es un orgullo. Pero ir a la selección de Paraguay es como ir a la guerra de Vietnam. Su mundo privado "Respeto el trabajo del periodismo, pero son muy pocos los periodistas que entran en mi casa. ¿Por qué? Trato que mi vida privada permanezca intocable. Hay que guardarse algunos secretos. Además, debo cuidar mi imagen. No me gustan las fotos, ni salir en revistas de la farándula". Está casado con Marcela -a quien conoció en la época de San Lorenzo, en 1985- desde hace cinco años. Y, por ahora, no tiene hijos. ¿Cómo es el Chilavert íntimo? ¿Qué le gusta y qué no al arquero del momento? ►“Me gusta hacer las compras, ir al supermercado. Especialmente a la verdulería de mis amigos de la calle Otamendi, que son fanáticos de Vélez. No me fijo en los precios. Pero tampoco soy de los que tiran el dinero. Mi otro hobby son los relojes. También me gusta ir al cine o al teatro. Recomiendo las películas Cuatro bodas y un funeral, Lluvia de fuego y El cliente. Leo libros de Vargas Llosa, García Márquez o Sidney Sheldon. Eso amplía la visión y el nivel cultural de uno. Y con Marcela nos encanta viajar. Ahora tenemos en vista ir otra vez a Nueva York en las vacaciones. Ah, y me gustaba cocinar... cuando estaba en Zaragoza. Sucede que mi mujer hace unos platos exquisitos (pollo a la cerveza o a la sidra, lomito relleno o con ciruelas pasas, sopa paraguaya) y yo lo disfruto”. ►“Odio viajar en avión. Me produce terribles dolores de cabeza. Más, cuando recuerdo el rayo que cayó en el ala de una máquina, estando en San Lorenzo, y otro baile yendo a España que duró once horas”. José Luis Chilavert marcó un récord para el fútbol argentino: es el primer arquero que convierte un gol en una jugada que no sea un penal. “Yo siempre fui muy cuidadoso con mi vida privada. Soy así y por eso no permito que cualquiera se meta en mi intimidad”, explicó el arquero de Vélez. JULIO CHIAPPETTA
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Diciembre 2017
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