Es agresivo y le gusta dar esa imagen. No tiene amigos ni Je preocupa tenerlos. Ama el dinero porque le da poder. No le importa lo que digan: sólo quiere que hablen de él. Admira el orden, la limpieza y se prepara para ser un político de mano dura. Ahora pasa por su mejor momento, recibe premios internacionales y acusa: "Aquí me discriminan por ser paraguayo" RETRATO DE UN HOMBRE POLEMICO: JOSE LUIS CHILAVERT El arco del triunfo A los 30 años está considerado el mejor arquero del mundo. Esta temporada demuestra que también puede hacer goles. Nadie duda de su talento aunque su fuerte personalidad despierta amores u odios, sin términos medio. Tiene pocos amigos pero jura que eso no le preocupa. Dice que, por dinero, jugaría en cualquier equipo. Es un hombre que fabricó una imagen de duro, a la que alimenta con sus gestos y sus palabras. Nunca calla lo que piensa y eso le valió infinidad de enfrentamientos. Sueña con ser presidente de su país, Paraguay, y gobernar con mano dura. Asegura que en la Argentina hay quienes lo discriminan por ser paraguayo. José Luis Chilavert ES EL MEJOR ARQUERO DEL MUNDO. NO SOLO EVITA GOLES SINO QUE TAMBIEN LOS HACE. RESPETADO COMO DEPORTISTA, ATACA A SUS ENEMIGOS CON LA MISMA FEROCIDAD QUE A LOS ARCOS RIVALES. EL DICE QUE SIEMPRE VA DE FRENTE. SUS CRITICOS LO ACUSAN DE FANFARRON Y EGOISTA. QUIERE SER PRESIDENTE DE SU PAIS, PARAGUAY, PARA IMPONER UN GOBIERNO DE MANO DURA. ADEMAS ASEGURA QUE, POR DINERO, JUGARIA EN CUALQUIER EQUIPO. Identikit DE UN DURO Hubo un día en que decidió crear el mito. Y, desde entonces, cada gesto, cada detalle, cada palabra alimenta a ese personaje que hoy ha superado al deportista y al hombre. El pelo al ras que corta cada semana. Barba de dos días que cuida puntillosamente con una afeitadora especial. Oro, mucho oro alrededor del cuello. Los mejores relojes en la muñeca izquierda. Sacos Armani combinados con poleras o camisas abotonadas sin corbata. Un bulldog que enseña sus colmillos en su buzo de arquero. Económico en sonrisas. Parco, pero con las palabras que él quiere que salgan de su boca. José Luis Félix Chilavert -el personaje- no pasa ni pretende pasar inadvertido por la vida. "No me interesa si lo hacen bien o mal; solo me interesa que hablen de mí." Al parecer es un duro que hace de duro. Aunque habría que ser muy arriesgado para intentar saber si eso se hace, o si, por ejemplo, está dispuesto a usar el bate de béisbol que “por las dudas” lleva debajo del asiento delantero de su Toyota todo terreno. Es un tipo con cara de pocos amigos. Y es así. No los tiene. “Amigos, amigos, son mis familiares que están en Paraguay. No soy de esos que se juntan en un café. Lo prefiero, a tener una corte de adulones que se te acercan cuando tenés el bolsillo dulce y, después, te largan. Yo hago la mía. Con mi cabeza y mis manos.” Cuando tenía seis años, esas manos exprimían las ubres de las tres vacas flacas de la familia Chilavert. Era el tercero de los cuatro varones de Félix Catalino y Nicolasa y, como aún no iba a la escuela, era el responsable del ordeñe de la “hacienda” familiar y el que vendía la leche entre los vecinos de Ñu Guazú -Campo Grande, en guaraní-, un barrio de Luque, en las afueras de Asunción. “Mi viejo era contador en una empresa estatal y tenía el sueldo de un empleado público. En casa no faltaba, pero tampoco sobraba nada. Nos compraba un par de zapatillas por año y tenían que durar un año. ¡Guay de ensuciarlas con el barro colorado de la calle! Y mi vieja era la que nos ponía en vereda a cintazos. El fútbol era la diversión. Jugábamos en patas en una cancha con arcos de caña tacuara. Después, nos bañábamos a los baldazos, con el agua del aljibe, porque todavía no teníamos bomba. En Ñu Guazú había un solo televisor blanco y negro: el de la despensa. Apoyado en el mostrador vi el Mundial del 74. Tenía nueve años y empecé a admirar el fútbol alemán, y Alemania, un país organizado”. “A muchos les molesta que yo sea el mejor. Son los que piensan que los paraguayos debemos estar en una obra en construcción o limpiando casas. Le dejo los premios a Navarro Montoya, que nunca ganó nada”. Chilavert ladra y muerde. Y cuando sus dientes se aferran a un rencor o a un objetivo, no lo suelta. Como cuando su padre le dijo que estudiara si quería ser alguien. “Y los cuatro estudiamos. Yo me recibí de perito mercantil, cursé hasta segundo año de Ciencias Económicas y soy profesor de guaraní. No soy un paraguayo ignorante como a muchos les gustaría. Hoy, si no sos perito mercantil, no podes ni juntar basura. Y sin un buen trabajo no ganas lo suficiente para mantener dignamente a una familia”. --Chilavert, ¿tanto le importa el dinero? --La plata es un mal necesario y, como profesional juego donde mejor me paguen. No soy un mercenario, soy un realista. En la sociedad actual vales si tenés. Y tenés si guardas. Con el primer dinero grande que cobré les hice una casa como la gente a mis padres. Desde hace quince años ellos, que me enseñaron a vivir con la frente alta, no tienen que salir a trabajar. También ayude a mis hermanos. Lo correcto es decir que les presté porque, cuando puedan, me lo van a devolver. --Usted tiene fama de tacaño. --No lo soy, pero tampoco derrocho. Los jugadores, por lo general, se equivocan. Ganan un poco de plata y se compran un superauto, aun sin tener una casa. Yo llegué a San Lorenzo en 1985. Tenía 19 años pero no me deslumbré. Para ir a la ciudad deportiva del club tomaba el subte y el 101, de Once a Soldati. Mis compañeros -casi todos llegaban con una Sierra negra, que estaba de moda en el ambiente me decían que yo era un roñoso, amarrete. Hoy, el tonto y el roñoso tiene un buen pasar, mientras que algunos de los que me criticaban tuvieron que volver al colectivo. --¿Qué hace usted con el dinero? Porque vive -se podría decir que modestamente- en un tres ambientes en Boedo... --Lo invierto. La carrera del futbolista es corta. En Paraguay tengo un semipiso, tierras, pero mi país está hecho un infierno para otros negocios, y yo, con los riesgos, no juego. Invierto en la Argentina en departamentos. Cuando no juegue más esas propiedades serán mi renta. --Usted no tiene ni nunca tuvo representante, ¿por qué? --Prefiero que quede en mi bolsillo el dinero que tendría que pagarle a un manager, aunque hay jugadores a los que les falta personalidad y necesitan un representante. Me encanta negociar mis contratos cuando los dirigentes se ponen duros y te dicen que en el club no hay plata, porque casi siempre es mentira. Ellos, que se muestran llorones para pagarte, son los primeros que te pegan una patada en el culo apenas baja tu rendimiento. No me siento omnipotente, pero en la vida y en la cancha tenés que defenderte solo. En la soledad se siente a gusto. Indudablemente su metro ochenta y ocho y sus noventa y tres kilos no invitan a acercarse. Ni a rivales ni a admiradores. Desde hace meses, después de cada entrenamiento, se queda media hora, cuarenta minutos, practicando tiros libres. "Chicago", un gigantesco barrabrava que alguna vez fue herido en combate y que hoy cuida autos en el estacionamiento del club, hace de barrera con los brazos abiertos. Solos, los dos, en la cancha. Aunque en el arco vacío Chilavert imagina a su archienemigo, el “Mono” Navarro Montoya. “No lo voy a negar. Los dos goles que le hice a ese tipo son la mayor satisfacción de mi vida deportiva. En el último partido en La Boca, él me atajó un tiro libre y me mostró la pelota, canchereando. La venganza llegó con mi golazo. ¿Y por qué arriesgué toda esa gloria pateando, luego, un penal? Porque los grandes de verdad damos revancha. Cuando acomodaba la pelota para el penal, él se acercó a insultarme: 'Paraguayo muerto de hambre', dijo buscando mi reacción. Me comporté como un señorito inglés y no le respondí. El árbitro Castrilli estaba al lado y podía expulsarme. Si me echan, no juego; y si no juego, pierdo plata”. ¿Por qué ese odio hacia el arquero de Boca? Primero, porque es su contrafigura, el “bueno” de la película “un demagogo”, dice Chilavert). Y esa rivalidad se acentuó hace dos años cuando el Círculo de Periodistas Deportivos le entregó el Olimpia de Plata al mejor futbolista a Navarro Montoya y no a él. “En el fondo, estuvo bien, porque él nunca ganó nada y yo estoy lleno de premios. Pero en realidad, no quisieron dármelo porque soy paraguayo. A algunos les molesta que sea el mejor, gente que piensa que los paraguayos deben estar en las obras en construcción o limpiando casas, gente que nos compara con los bolivianos”. Chilavert jamás abandona su postura de duro. Tal vez piensa que mostrarse sensible podría ser un signo de debilidad. Por eso cuida la intimidad como su arco. Jamás aceptó que se fotografiara a su mujer ni su casa. “Marcela no quiere aparecer en las revistas y me parece bien. En la vida, mantenerse en el anonimato suele ser una muestra de inteligencia. Hay esposas de futbolistas a las que les gusta mostrar sus lujos y que les hagan reportajes... Pienso que la culpa es del marido, que es quien debe manejar esas cosas... No me crean machista, como todo paraguayo. Me parece perfecto que la mujer quiera igualar y hasta superar al hombre. Ellas también son discriminadas. Las amas de casa, que hacen el peor de los trabajos, no cobran sueldo”. No está claro si Marcela Chilavert está remunerada, pero en la casa es ella la que manda, o lo intenta. En ningún rincón del tres ambientes hay datos que indiquen que allí viva un futbolista: ni trofeos, ni posters, ni fotos. “Es grasa”, dice ella, y él lo acepta. Hace once años que se conocen. Marcela - profesora de inglés- jugaba tenis en San Lorenzo. José Luis todavía no había abandonado la categoría de peatón; él le hizo dedo, ella aceptó y todo terminó con el casamiento unos años más tarde. Delgada, rubia y de ojos celestes y cinco años mayor que él, desde entonces Marcela padece los celos no confesos de su marido, aun durante los partidos. La señora de Chilavert no se sienta en la platea con el resto de las esposas de los jugadores. Lo hace siempre en el mismo lugar y él, desde la cancha, la vigila. “En el último partido -cuenta Marcela por teléfono- me preguntó quién era el tipo que se acercó a hablarme y por qué había prendido un cigarrillo en el segundo tiempo. Aunque no lo creas, es un hombre muy cariñoso. Solo me reta cuando fumo. Desde que nos casamos jamás llegó a casa con las manos vacías: flores, chocolates, perfumes o alguna joya (es un fanático del oro), conmigo no ahorra. Tampoco con su ropa: tiene unos 40 pares de zapatos, 60 camperas, medio centenar de jeans, no sé cuántos sacos y colección de relojes. Es muy prolijo; cuando se cambia no deja tirada la ropa, la cuelga en el placard. Le encanta ir de compras. No concibe ir de vacaciones a un lugar donde no existan shoppings. Probablemente muy pronto tengamos nuestro primer hijo. Hasta ahora no lo habíamos decidido para poder viajar sin problemas." El año pasado se publicó una encuesta entre futbolistas para saber quién era el personaje más “difícil” en una cancha y él encabezó la lista, junto a los hermanos Barros Schelotto, los mellizos de Gimnasia y Esgrima La Plata. “Tal vez molesta que yo vaya de frente, que nunca me calle lo que pienso-sostiene el arquero. Los muchachos más jóvenes del plantel a veces se quejan de que en los entrenamientos tengamos que 'matarnos' haciendo ejercicios. ¡Qué sacrificio!', dicen. Y yo les respondo que nosotros somos privilegiados. Que lo nuestro no es un trabajo. Sacrificio es el del tipo que se levanta a las cuatro de la mañana, que viaja dos horas en colectivo para ir a laburar, que apenas si ve un rato a sus hijos y que a fin de mes cobra 300 pesos. Pero no todos lo comprenden. También sé que en el ambiente hay una cola larguísima de gente esperando que me caiga para poder pegarme. No les voy a dar el gusto. Me retiraré antes que vean a un Chilavert decadente”. A los 30 años ya decidió qué hará después del fútbol: su aspiración de máxima es ser presidente del Paraguay y, sin descuidar el arco, está trabajando para ello. Es la cara de una campaña gráfica y televisiva para que no se tire basura en Asunción. Toda una alegoría del “orden y la limpieza” que, según él, requiere un gobernante. Al regresar con la selección de su país luego de ganarle a Uruguay en Montevideo, un millar de fanáticos lo esperaban en el aeropuerto al grito de “Se siente se siente/ Chilavert presidente”. --¿Tiene verdadera vocación o solo aprovecha este momento? --La política es muy sucia. Para terminar con los políticos y militares corruptos hace falta mano dura. Pero voy a empezar desde abajo, como siempre. Tratare de ser intendente de Luque, mi pueblo, y si mis colaboradores funcionan, si son honestos, seguiré adelante. Tengo dos ventajas sobre los políticos: la gente me quiere y no necesito del poder para llenarme los bolsillos. Mi pueblo ha sido muy golpeado; solo en los primeros tiempos del general Stroessner fue beneficiado con escuelas, hospitales y una economía estable. --Pero faltaba la libertad. --Ese es el problema sudamericano. Confundimos democracia con libertinaje. No estoy de acuerdo con los dictadores, prefiero la libre expresión, pero, indudablemente, hace falta una mano dura. Como la del árbitro Javier Castrilli en la cancha. Él, simplemente, es un hombre que se mueve dentro de la ley. Claro que parece que a los sudamericanos les molestara que alguien quiera hacer cumplir la ley. La ley, en una cancha o en la vida, debe ser pareja para todos. No puedo creer que un abogado pida clemencia para un tipo que asesinó a su novia de 18 puñaladas. ¡Por favor! Para esta gente solo queda la cárcel o la pena de muerte. Pero, bueno, en estos días los corruptos y los asesinos tienen más derechos que las personas honestas. --Usted dijo que para la Argentina es más importante la figura del ministro Cavallo que la del presidente Menem. --No opino del Gobierno. Después me pasan la factura. --¿Cómo es eso? --En un reportaje de VIVA me preguntaron si había droga en el fútbol y yo dije que no solo en el fútbol sino que estaba insertada en toda la sociedad. Bueno, me citaron de la Presidencia de la Nación por orden del señor Lestelle (Alberto, ex secretario para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico) para que dijera quiénes eran los jugadores drogadictos. Me quisieron agarrar de chivo expiatorio. Declaré que nunca vi drogarse a ningún futbolista pero que eran de público conocimiento los casos de dóping que dieron positivo. Vivimos en un mundo muy hipócrita porque después, ese mismo señor que me citó, dijo que los diputados se daban “nariguetazos” en el Congreso y tuvo que renunciar. --Uno de los jugadores a los que el antidoping les dio positivo es Maradona. ¿También lo critica? --No, yo admiro a Diego Maradona. Nos parecemos mucho. Es un grande de verdad y una persona que dice las cosas de frente. En su vida extra futbolística no entro. --Pero no le gusta que se dé besos en la boca con Caniggia luego de un gol. --Es una mala imagen para la juventud que dos hombres se besen en público. Ni besos, ni aritos, ni vinchas, ni colitas. El hombre debe ser hombre y dejar esas cosas para las mujeres. --¿Nunca se le acercó algún hombre invitándolo a mantener una relación? --En los clubes que estuve (San Lorenzo, Vélez) y en la selección de Paraguay, jamás vi homosexuales pero... en la calle o en alguna confitería, sí. Me ven grandote, musculoso y se me acercan. Pero yo los paro ahí nomás. --Imagino que también lo deben rondar mujeres. --Siempre he sido fiel a mi esposa y el día que deje de serlo, me separaré. --No hablé de infidelidades sino de las tentaciones... --Hay de todo... Fanáticas, desconocidas, famosas... Pero no me la creo. Si quieren conocerme es por mi éxito, no por mi cara. Tengo bien claro quién soy: un negro feo. ******************************************************************************* Amigos Y ENEMIGOS ► “¿Si escuché las versiones sobre la posible llegada de Chilavert a Boca? Sería poco inteligente que uno cambie un Mercedes Benz por un Fitito”. CARLOS NAVARRO MONTOYA (9/1/96) ►“Es el mejor del mundo, todo un profesional. La relación con sus compañeros no está fundada en la amistad sino básicamente en el liderazgo”. CARLOS BIANCHI, DIRECTOR TÉCNICO ►“En la cancha es un jugador muy importante, pero para el grupo no sirve. Chilavert solo piensa en él mismo”. ESTEBAN GONZÁLEZ, FUTBOLISTA (18/2/95) ► “No es efusivo con los rivales antes del partido, ni aplaude a la hinchada visitante, ni habla sobre las necesidades gremiales de sus colegas en los reportajes, ni da besos apasionados cuando algún compañero hace un gol. Pero es el primero en aconsejar a los más jóvenes, tanto para el juego como en el cuidado del dinero. Y a la hora de entrenar, lo hace con el entusiasmo de un chico que recién empieza”. JORGE GUINZBURG ► “Cada vez que lo dirigí, tiró la cuerda hasta el límite. Al principio, me llamaba la atención la costumbre de retar a sus compañeros luego de una jugada peligrosa. Después me di cuenta de que su intención era ganar tiempo para enfriar el partido. Es muy vivo y se las sabe todas. Tanto que jamás tuve que expulsarlo”. JUAN CARLOS BISCAY, EX ÁRBITRO ► “Es el delantero más efectivo de Vélez y el mejor arquero del mundo. Incluso, no sé si hubo uno como él en el fútbol argentino y, ojo, que estoy teniendo en cuenta a Carrizo y Fillol. Con el tiempo, la actual comparación con Navarro Montoya será absurda, casi ridícula”. FERNANDO NIEMBRO, PERIODISTA ► “De él no hablo. Bastante que tengo que nombrarlo durante la transmisión de un partido”. MARCELO ARAUJO, PERIODISTA ► “Es un verdadero crack. Él dice y hace, no como los políticos, por eso me parece un tipo creíble. Es un orgullo para mi país. Y no siento celos de que me haya desplazado como el paraguayo más famoso en la Argentina”. ARNALDO ANDRE ► “Chilavert está para un psicólogo. Tiene un grave problema de inferioridad y su principal inconveniente es cuando se mira al espejo. Es de esas personas que no son positivas en un grupo. Es terriblemente egoísta”. JORGE NUNES, FUTBOLISTA PARAGUAYO ******************************************************************************* •Nació el 27 de julio de 1965 en Luque, cerca de Asunción. Debutó en primera en Sportivo Luqueño a los 15 años. •En 1985, con 19 años, llegó a San Lorenzo, equipo con el que ganó la Liguilla pre-Libertadores. •En 1988 fue vendido al Zaragoza de España en 550.00 dólares. Ese club prescindió de sus servicios por problemas disciplinarios. •En 1991 llegó a Vélez. En cuatro años ganó dos torneos y las copas Libertadores e Intercontinental •En su carrera hizo 32 goles. Tres tiros libres y 29 penales (todos los que pateó). Un récord absoluto. •Este año se frustró su pase a River por su cotización: tres millones de dólares. Poco después le hizo un gol a River desde 60 metros. •Es considerado el mejor arquero del mundo por la revista inglesa World Soccer y la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol. •Nunca pudo jugar un Mundial de fútbol. •En Paraguay tiene una colección de armas. “No me gusta cazar. Pero si alguien se metiera de noche en mi casa, no dudaría en disparar”. •“Una persona en la Aduana me propuso que trajera electrónicos de mi país. No caí. Después iban a decir que Chilavert es contrabandista”. •“Me gusta la comida agridulce, la haute cuisine, con un buen vino blanco”. •“Voy de vacaciones a Nueva York o a alguna playa en el norte de Brasil. No entiendo a los futbolistas que veranean, todos juntos, en Mar del Plata”. •“Mi escritor preferido es Mario Vargas Llosa. En música, menos el tango, me gusta todo: Queen, Bruce Springsteen y los cantantes melódicos. Bailar, no. Soy muy malo”. •“Como cábala, me persigno al entrar a la cancha. Soy católico pero no practicante. Los curas que se olvidaron de la gente me alejaron de la Iglesia. Ellos les dejaron el camino libre a las sectas protestantes”. •“Me encanta usar cadenas de oro”. ******************************************************************************* El paraguayo más famoso Por AUGUSTO ROA BASTOS Chilavert traspasó las fronteras de la cancha y de la Argentina. La televisión chilena lo invitó al programa de entrevistas de mayor audiencia de ese país. El 24 de junio Chilavert compartió una mesa con Enrique Pinti, Graciela Alfano y el tenista Marcelo Ríos, a cambio de 15 mil dólares. Una semana después, el primero de julio, el Banco Nacional de los Trabajadores de Asunción distinguió a los cinco paraguayos que más se destacan en el mundo: el escritor Augusto Roa Bastos, la bailarina Eliana Rodas, el plástico Carlos Colombino, el golfista Carlos Franco y, por supuesto, José Luis Chilavert. Precisamente, Roa Bastos, uno de los más prestigiosos novelistas de Latinoamérica, sigue la trayectoria del arquero de Vélez desde su casa de Toulouse, Francia. “Me gusta el fútbol como espectáculo -dijo el escritor a VIVA-. Incluso escribí un cuento, ‘El crack’, que habla de la trayectoria de un humilde futbolista paraguayo que llega a ser un ídolo internacional. En alguna medida, refleja cierta analogía con su trayectoria. Chilavert, a quien recién conocí hace unos días, es una estrella de este show y la figura paraguaya más famosa del mundo. Aquí, en Francia, entre las imágenes que promocionan el Mundial de 1998, se emite el gol que hizo desde 60 metros a River”. “Chilavert, con su imagen de recio, orgulloso y que se dice es el mejor, rompe el molde de mis compatriotas. El hombre paraguayo es de características gregarias, no le gusta destacarse, no por modestia, sino por su naturaleza misma. Prefiere disimularse en la masa. No creo que los gestos de Chilavert puedan considerarse bravuconadas. Simplemente hablan de su forma de ser. Donde no coincido con él es cuando dice que en la Argentina se nos discrimina por ser paraguayos. Yo viví 30 años en Buenos Aires. Allí inicié mi carrera literaria, allí encontré un refugio cálido durante el exilio, allí tengo a mis mejores amigos. Pero hay que ubicarlo en el terreno deportivo. Paraguay dio otros grandes jugadores además de Chilavert. No nos olvidemos del goleador de Independiente, Arsenio Erico”. ******************************************************************************* FOTOS… No es casual que tenga un bulldog estampado en su buzo. Es un dato más que alimenta la imagen de "duro" que pretende exhibir. Sé que hay una cola de gente esperando que yo me caiga para pegarme en el suelo. Son los que me envidian. Pero no les voy a dar el gusto. Me retiraré antes que vean a un Chilavert decadente." Con Ruggeri tuvo roces en el torneo local, amistosos y eliminatorias para el Mundial. El camerunés Alphonse Tchami intentó "cargarlo". Tuvo que pedirle disculpas. Navarro Montoya, su enemigo. “Él es amigo del poder y yo, del pueblo", dice Chilavert. GABRIEL GONZALEZ y HERNAN FIRPO
|
Digitalizado porArchivos
Diciembre 2017
Categories |